Durante el siglo pasado, el mezcal de pechuga era desconocido fuera de Oaxaca. Se trataba de un producto local, ocasionalmente encontrado en mezcalerias tradicionales.
Cuenta mi vecino, un hombre de casi 120 años, que cuando era joven no existían los corchos, y los mezcales de pechuga venían con un gusano enrrollado que sellaba la botella. Para tomar el mexcal había que empujar a él gusano para que se fuera al fondo.
Así fue como se creó el mezcal con gusano al fondo.